Cuídate de las venas várices

2018-01-25


Para entender que es una vena várice primero es necesario saber que existen dos tipos de vasos sanguíneos: las arterias que llevan sangre oxigenada desde el corazón hacia los tejidos y las venas que retornan sangre de los vasos periféricos, esta va cargada de otros componentes y sin oxígeno para que circule desde los tejidos y los vasos periféricos màs pequeños hacia el corazón, además la sangre venosa debe llegar a los pulmones para oxigenarse.

Las venas tienen algunas válvulas y propiedades especiales en sus paredes que ayudan a que esta sangre no oxigenada pueda circular sin estancarse, imagina que estás caminando todo el día y necesitas que  la sangre vaya de la punta del dedo gordo de tu pie hasta el corazón ¿Cómo podría lograrse esto si la fuerza de gravedad tiende a atraer la sangre hacia el suelo? Bueno, esta es una de las razones por las cuales la circulación venosa tiende a ser más difícil que la arterial.

Para evitar este tipo de problemas la naturaleza es sabia y ha dotado a las venas de las piernas con  mecanismos como válvulas y paredes que ayudan a estimular la circulación de la sangre venosa y así evitar que se devuelva hacia los pies. Para ayudar en esta labor también existe la contracción muscular que fomentamos a través del ejercicio y la actividad física. Sin embargo el ritmo de vida sedentario al que muchas veces estamos acostumbrados puede ser perjudicial para nuestras venas y en general para la circulación sanguínea y la salud.

Cuando existen venas várices hay una tendencia a que la velocidad de circulación de la sangre y la fuerza con la que se da la misma disminuya, generando una especie de retroceso en el flujo sanguíneo, debemos estar alerta, ya que se trata de nuestro cuerpo dando señales de que algo en la circulación no está bien. Otra de las consecuencias de las venas várice, es que La sangre puede llegar a estancarse causando que algunos elementos moleculares salgan del torrente sanguíneo (como si se filtraran) sin poder ser aprovechados correctamente, causando reacciones corporales de ataque frente a  estos elementos.

¿Cómo distingo una vena várice en mi cuerpo?

Simple, si ves que las venas de tus piernas se inflaman tanto que puedes notarlas,  tienen un color muy oscuro y evidente a través de la piel e inclusive generan formaciones similares a redes de vasos delgados y morados es posible que tengas una o varias venas de tipo várice. Otros a veces incluso la piel puede sentirse distinta, demasiado reseca o presentar rasquiña, en los peores casos se generan úlceras cuando la vena no es capaz de retener el líquido en su interior y sus paredes o válvulas tienen un gran daño. Mantente alerta frente a señales como: Dolor, rasquiña, calambres e inflamación en los pies.

Entonces ¿Cómo me cuido?

Si no tienes várices y aun si las tienes, es importante que mantengas un estilo de vida activo, acostúmbrate a comer adecuadamente y evitar el exceso de grasas, no solo para cuidar tus venas sino también tus arterias y tu peso. Uno de los mayores factores de riesgo para tener venas várice son: ser sedentario o tener un trabajo en el que permaneces mucho tiempo de pie, tener un alto peso y sufrir de retención de líquidos. Si ya tienes venas várices sigue el tratamiento que te indique el médico, si te recomienda algún tipo de masaje hazlo, utiliza medias de compresión especiales y acuéstate un tiempo con las piernas elevadas y contra una pared para favorecer la circulación venosa.


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