Controlar el apetito, toda una ciencia.

2018-04-04


La cantidad de comida que ingerimos está relacionada con la cantidad de energía que obtenemos para desempeñar nuestras tareas diarias, un bajo aporte de energía disminuye nuestra capacidad para concentrarnos, dificultades para desempeñar las tareas diarias e incluso puede generar mal humor puesto que el hipotálamo, un importante centro del cerebro tiene un gran papel en los momentos en que sentimos rabia o hambre.

La regulación de nuestro apetito se puede dar a través de dos vías simples.

En primer lugar existe una regulación del apetito a través de señales externas al cerebro, se trata de sustancias químicas como la grelina que es estimulante  nuestro deseo de comer; la colecistoquinina relacionada con la sensación de llenura y la leptina una de las hormonas más conocidas por enviar mensajes de saciedad al cerebro.

La segunda forma de regulación de nuestras ganas de comer se da por parte de nuestro sistema nervioso central a través de la liberación de sustancias que estimulan el apetito llamadas orexígenos; o en el caso contrario de compuestos que disminuyen el apetito llamados anorexígenos. Los aumentos y disminuciones en la concentración de estos químicos en nuestro cuerpo actúan como señales para para seguir comiendo o parar de comer.

Pero esto no es todo, nuestros sentidos también reaccionan a estímulos como olores, colores y textura y le envían señales al cerebro que de alguna manera u otra pueden provocarnos de algún alimento o en algunos casos nos hacen sentir repulsión por los mismos.  Pensemos ¿Quién no ha sentido hambre al cruzar por una panadería u oler algo que se cocina en casa?

Otro papel importante en la regulación de la alimentación es el que ejercemos nosotros mismos, cuando generamos hábitos y horarios de alimentación acostumbramos a nuestro cerebro y a nuestro cuerpo a ciclos específicos de ingesta alimenticia y con ello a liberar los componentes específicos para controlar el hambre y la saciedad de formas adecuadas comer a deshoras engaña a nuestro cerebro y no favorece nuestra salud.

La próxima vez que intentes hacer una dieta expréss o escuches de productos milagrosos para bajar o subir de peso, recuerda que tu cuerpo tiene requerimientos específicos y los cambios de alimentación que mejor funcionan son aquellos recetados por profesionales de la salud capacitados como en el caso de médicos y nutricionistas conocedores de los mecanismos internos que favorecerán tu bienestar.


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